martes, 3 de abril de 2018

CARLOS TIMOTEO GRIGUOL EN EL MERCADO DEL PROGRESO



El Mercado del Progreso, este mercado único en la geografía gastronómica de la Ciudad de Buenos Aires, nos tiene acostumbrados a las agradables sorpresas. Esta vez fue encontrarlo, en uno de sus paseos de compras, con Don Griguol. Es amigo y cliente de la institución comercial del barrio de Caballito y suele conversar con Miguel Heredia, quién en este momento se desempeña en la vice-presidencia de la Comisión Directiva del Mercado del Progreso S.A., junto a ese referente barrial que es su presidente Don Jorge Fernández.
Esto nos permitió saludar y conversar en persona con uno de los ídolos deportivos del tiempo reciente. Recordemos que durante su carrera como futbolista entre los años 1956 y 1969 actuó en 392 partidos (entre primera división, Copa Suecia y Copa Argentina) y convirtió 32 goles. Debutó profesionalmente en Atlanta en 1957 y allí logró ganar su primer título como jugador profesional: la Copa Suecia de 1958.
Aquí en el barrio recordamos que, en julio de 1979 asume como entrenador de Ferro Carril Oeste, club en donde se mantuvo en el cargo hasta 1987. Con los verdes de Caballito obtuvo dos subcampeonatos consecutivos en 1981: en el Metropolitano de ese año peleó el torneo hasta la última fecha con el Boca de Maradona, y en el Nacional cayó en la final ante River Plate. Al año siguiente, llegaría el primer título de la historia de Ferro, obteniendo de forma invicta de la mano de Griguol el Torneo Nacional de ese año, derrotando a Quilmes en la finales. Dos años más tarde, llegaría el segundo título de los de Caballito, ya que en 1984, el conjunto de Timoteo ganaría el Torneo Nacional derrotando en las finales a River Plate. Luego de otros intentos deportivos y en la actualidad Griguol asesora honorariamente al juvenil equipo de Ferro Carril Oeste.
Hace un tiempo atrás. el flaco Menotti, decía de Don Amadeo: "Griguol puso en primer plano un espíritu docente que hoy parece haberse perdido. Habría que aclarar que no nos estamos refiriendo a que los jugadores muestren grandes relieves de destreza técnica, que solo la expresan los elegidos. El tema es más simple: es encontrarle alguna sensibilidad al manejo de la pelota y un concepto que fortalezca el juego para desalentar la torpeza. Y para tener un mínimo grado de precisión que el fútbol de todos los tiempos siempre demandó. Porque cualquiera que frecuente el fútbol sabe que no se puede jugar bien cuando una habilitación mansa y tranquila rebota en los pies o en el pecho de un protagonista como si le arrojaran un pase criminal". Y nosotros, para decirlo de alguna manera, tuvimos la alegría de conversar con el deportista cabal en las instalaciones históricas únicas de este mágico mercado del barrio y de la Ciudad de Buenos Aires.

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